Proceso de floración

Cuando la planta de marihuana empieza la prefloración, momento en el que podemos distinguir el sexo de nuestra planta, ésta tiene su madurez sexual y a partir de aquí la planta tiene de seis a ocho semanas de vida.











Las plantas femeninas ideales son aquellas de follaje denso y arbustíferas. La floración comienza por la zona del ápice superior y luego se extiende a la parte baja de la planta y lo hace de las partes externas de la planta hasta el tallo. Las flores tienen dos pistilos juntos en la base, en forma de “V”. Tienen apariencia de pelillos blanquecinos y vellosos. Su base se sitúa en el óvulo y éste sobre una vaina verde clara que se llama cáliz. Todo el conjunto de desarrollará rápidamente en cuatro o cinco semanas extendiéndose como cogollos en forma de racimos. A partir de aquí hay que esperar a un proceso de crecimiento lento en el cual la marihuana alcanzará su nivel óptimo de floración: los pistilos estarán extendidos por todas las ramas y habrán pasado de su color blanquecino inicial a un marrón rojizo, pasando por el ámbar.

No basta con esperar a que la planta de marihuana florezca completamente ya que podemos llegar a un punto de floración excesivo en el que el THC ha empezado a degradarse. ¿Y cuándo sucede esto? Para saberlo hablaremos de los tricomas. Los tricomas son unas pequeñas partes, a modo de vellosidades terminadas en punta de bolita, que van cubriendo el cogollo de marihuana conforme éste va madurando durante la floración. Al principio son transparentes y se van haciendo blanquecinos conforme avanza la floración. Cuando observemos que la capa de tricomas es densa y blanca y que se han secado los pistilos (quedando marrones) la planta ha llegado al culmen de la floración y es el momento de cosecharla. No tenemos que dejar que los tricomas se vuelvan de color ámbar por que esto nos indicaría que el punto óptimo de floración ha pasado y el THC habría comenzado a degradarse.

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