Los machos presentan unas flores que prematuramente tienen el aspecto de dos bolitas verdes adheridas al nudo. Al formarse acaban colgando de un pequeño tallo y adquieren un tono mas amarillento los cuales parecen diminutos melones, pues se advierten franjas más verdosas. Dichas bolas se abren en cuatro sépalos de los que cuelgan cuatro estambres amarillos como minúsculos plátanos. Éstos están cargados de polen. El polen no tardará mucho en liberarse una vez la flor se haya abierto. Los machos forman racimos de bolitas que cuelgan hacia abajo.

El polen es un polvo amarillo o blanquecino finísimo y flota en el ambiente, lo que hace que se propague con facilidad. Se deben apartar los machos de las hembras en cuanto se identifiquen las flores y antes de que estas se abran. Unas pocas flores pueden polinizar un cultivo entero. Los machos suelen ser sacrificados aunque se pueden dejar madurar junto a una ventana o en un jardín, siempre que se encuentren alejados de nuestro sistema
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